Monday, August 22, 2011

Error y pedagogía

Hace algunos días un hecho desagradable e inaceptable ocurrio con el director técnico de la selección Colombia. Golpeó a una mujer. El hecho generó tanto escándalo y rechazo en el país que le costó la cabeza al seleccionador. Ahora, siendo entendible el resultado de tal acción y la repercusión en su carrera (como debería de esperarse siendo un personaje que debe dar ejemplo en las canchas y fuera de ellas) encontré una opinión bastante pedagógica en el tema...

Por Sergio Fajardo. Candidato a la Gobernacion de Antioquia.

EL BOLILLO NO DEBE RENUNCIAR. TIENE QUE REPARAR A LAS MUJERES DE COLOMBIA


Si Bolillo Gómez renuncia a la selección de fútbol de Colombia, en dos días el tema será historia y la indignación volverá sólo con el próximo incidente de violencia contra una mujer que reciba suficiente atención por parte de los medios de comunicación. Nadie recordará que una de cada tres mujeres en Colombia ha sido víctima de la violencia masculina y que cada cuatro días muere una mujer víctima de la violencia de género. Nadie sabrá que la experiencia de la violencia intrafamiliar es uno de los factores que marca con mayor impacto la historia de quienes entran al mundo de la violencia.
Si el Bolillo está seriamente dispuesto a entender y afrontar su responsabilidad, como hombre y, además, hombre público, puede ser una voz valiosa en la educación de nuestro país en la prevención de la violencia contra las mujeres. Reparar se convierte entonces en asumir una responsabilidad con las mujeres, al reconocer la magnitud de un problema, la violencia machista, habitualmente silenciosa, que viola los derechos humanos y que puede, y debe, ser resuelto.
Doy un par de ejemplos de acciones que reparan. El Bolillo primero tiene que entender por qué no fue capaz de usar un medio diferente para resolver el conflicto que tuvo. A renglón seguido prepara, a partir de su experiencia personal, una conferencia sobre el tema. Con la Selección Colombia, durante un año va a colegios y dicta su conferencia, participa en foros, conversatorios, campañas, etc. Igualmente puede visitar y hacer trabajo voluntario en Centros de Acogida, esos lugares a donde llegan mujeres golpeadas en busca de protección. Así, donde vaya la selección Colombia como equipo, en nuestro país o en el exterior, hace exactamente lo mismo.
El hecho puede pasar a la historia trivializado, como un capítulo más entre los hechos desafortunados de un personaje público. O trascender con la reparación, para que como sociedad afrontemos el problema, más allá de la justa indignación coyuntural.


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